Jadiya, la gran esposa del profeta y el Islam

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Jadiya, la gran esposa del profeta y el Islam

JADIYA Y EL ISLAM
 
Hoy el Islam es la fuerza m·s grande en el mundo. Sus enemigos no pueden
daÒarlo, es como un poderoso roble a quien la tormentas del mundo no pueden
arrancarlo, aunque hubo un tiempo en el que este gran roble era un pequeÒo
arbolito, y urgentemente necesitaba de alguien que lo protegiera de los huracanes
de la idolatrÌa y el politeÌsmo los cuales trataban de arrancarlo. Los musulmanes pueden olvidarse pero no el Islam de que en sus comienzos, fueron Abu Ţalib y Jadiya quienes le protegieron. Ellos hicieron del Islam algo
invulnerable. Abu Ţalib protegiÛ el pequeÒo ·rbol del Islam de las tempestades de
incredulidad y el paganismo; y Jadiya lo irrigÛ con su riqueza. Ella no dejo que el
pequeÒo arbusto muriera. En realidad ella ni siquiera dejo que se marchitara por
negligencia. Proteger el Islam fue para Jadiya y Abu Ţalib su principal deber. El
Islam era su primer amor y fue un amor el cual ellos dejaron como legado para sus
hijos. Si ellos ìAbu Ţalib y Jadiya protegieron el ·rbol del Islam de sus enemigos, durante la Època del Profeta Muĥammad y lo regaron con una gran cantidad de
oro y plata; sus hijos y nietos los protegieron tambiÈn despuÈs de su muerte y la
irrigaron con su sangre, aquella que fue la m·s sagrada sangre en toda la creaciÛn. DespuÈs de todo esta era la misma sangre del Santo Profeta Muĥammad, el ˙ltimo
y el m·s grande de todos los mensajeros de Dios y el jefe de los apÛstoles y Profeta
s. Jadiya fue un testigo presencial del nacimiento del Islam. Ella lo cuido cuando
a˙n era un ìniÒoî en sus m·s difÌciles aÒos de formaciÛn. El Islam se le dio forma
y diseÒo en el seno de su hogar. Si alg˙n hogar puede ser llamado ìla cuna ye l
axis del Islamî, este es el de Jadiya. El Islam, giraba en torno a su hogar, este era el
hogar del sagrado Cor·n, el libro de Dios, el cÛdigo polÌtico y religioso del Islam. Fue en su casa a donde Gabriel durante diez aÒos trajo la revelaciÛn celestial. La gran dama Jadiya ha reunido los primeros lugares en la historia del Islam
que ning˙n otro. Fue la primera esposa del ˙ltimo mensajero de Dios, la primera
en creer y declarar que el creador era uno y que Muĥammad era su mensajero. Junto a su esposo ella fue la primera persona que escucho de la revelaciÛn yen
realizar la oraciÛn para Dios junto a su esposo. A donde quiera que el Profeta fuese
a la presencia de Dios, ella estaba con Èl. Fue la primera madre de los creyentes, y
la ˙nica esposa del Santo Profeta Muĥammad que no compartiÛ su amor con otras
esposas. Todo el amor, afecto, amistad de su esposo, fueron suyos ˙nica yexclusivamente suyos. Cuando el Santo Profeta Muĥammad proclamÛ su misiÛn como mensajero de
DIOS, y le informo a los ·rabes que no adoraban Ìdolos y que se reunieran bajo la
bandera del Tauĥid (Unicidad).Los politeÌstas empezaron a desear la sangre del
Profeta. Inventaron ingeniosas formas para torturarlo, e intentarlo muchas veces
de callar su voz para siempre. En aquellos dÌas de estrÈs y angustia, Jadiya fue un
bastiÛn para Èl. Solo fue por ella y Abu Ţalib que los politeÌstas no pudieron
detenerlo en la prÈdica y en la propagaciÛn del Islam. De esta manera hizo la m·s
importante contribuciÛn a la supervivencia y propagaciÛn del Islam. Jadiya estableciÛ est·ndares b·sicos como la paz del hogar, la armonÌa, felicidad, y se veÌa reflejado en su vida. Ella demostrÛ que la clave para una familia
fuerte y feliz, es la cercanÌa entre sus miembros. Ella mostrÛ los deberes tanto del
esposo como la de la esposa. Los est·ndares establecidos por Jadiya se convirtieron
en modelo a seguir para la vida familiar en el Islam. El Santo Profeta Muĥammad y
la gran dama Jadiya permanecieron juntos por veinte cinco aÒos y en estos veinte
cinco aÒos formularon las leyes, para hacer un matrimonio feliz y exitoso. Desde
entonces el resto del mundo no ha encontrado unas mejores leyes en cuanto a la
vida en familia, incluso en los matrimonios temporales. El Islam incorporÛ las
mismas leyes en su propio programa. Jadiya cambio la abstracciÛn del idealismo a la realidad. Su vida junto al Santo
Profeta Muĥammad es una evidencia concreta de este hecho. Aquello que ella dio
al mundo no eran solo principios teÛricos sino una experiencia rica en momentos
entrelazados con el Islam, con sutiles ritmos de amor por Dios y su mensajero. Como lo mencionamos antes, los ·rabes paganos tenÌan un sentido del honor. Fue su mismo sentido del honor que los hacÌa asesinar a sus hijas. El Islam por
supuesto puso fin a esta barbarie y a las horrendas pr·cticas haciÈndolas al instante
un pecado en contra de Dios y un crimen para la humanidad. Adem·s puso fin al
infanticidio femenino; el Islam tambiÈn le dio dignidad, honor y garantizÛ los
derechos a la mujer. Dios el Todopoderoso deseaba mostrar que las leyes isl·micas eran todas
practicables. Para demostrar esta practicidad y mostrar el diseÒo isl·mico de vida, escogiÛ la casa de sus siervos, Muĥammad y Jadiya. Sin Jadiya las leyes del Islam
no tendrÌan sentido. En realidad es posible que sin ella el Santo Profeta
Muĥammad no pudiera haber promulgado aquellas leyes. Una de las m·s grandes bendiciones que el Santo Profeta Muĥammad y la
gran dama Jadiya, recibieron de Dios el Todopoderoso, fue su hija F·tima Az- Zaĥrā. Como se marcÛ antes, F·tima naciÛ despuÈs de la muerte de sus dos
hermanos, al-Qāsim y Abdullah, ella tan solo tenÌa cinco aÒos de edad cuando su
madre muriÛ. Tras la muerte del mensajero de Dios se convirtiÛ en padre y madre
para ella. Con la crianza de su hija, el mensajero de Dios demostrÛ la aplicabilidad
de las leyes isl·micas. Es el modelo a seguir para todos los musulmanes, estos
deben imitarlo en todas sus acciones, el dio todo el amor a su hija y mostrÛ un gran
respeto por ella. Tanto en la Meca como en Medina, muchas personas importantes, tales como prÌncipes y lÌderes de tribus poderosas, venÌan a ver al mensajero de Dios. …l nunca
se levantÛ a saludarlos, pero si escuchaba que su hija F·tima Az-Zaĥrā venÌa a
verle, Èl se paraba e iba a saludarla, la escoltaba y le daba un sitio de honor para
que se sentara. …l nunca tuvo m·s estima por ning˙n hombre o mujer que la que
tuvo por F·tima. Ese es el favor de Dios. …l lo otorga a quien quiere. Y Dios es el DueÒo del
favor inmenso.(Cor·n 62:4)
DIOS el Todopoderoso dio su bondad a la hija de su amigo y mensajero, F·tima Az-Zaĥrā. F·tima Az-Zaĥrā fue la ˙nica hija de Jadiya. Aquella que se convirtiÛ en el
recipiente de la voluntad celestial en el capÌtulo 76 del sagrado Cor·n, la sura Ad- Dahr (o al Insān). En realidad todo el capÌtulo (Sura) est· dedicado a ella y a su
familia compuesta por: ''Ali ibn Abi Ţalib, su esposo; sus hijos al Hasan y al
Hussein; su ayudante Fizza. Otra sura que tambiÈn es dedicada a ella es la 108, al- Kauzar (la Abundancia). Dios el Todopoderoso le dio a Jadiya un hijastro como
ì''Ali ibn Abi Ţalibî quien se convirtiÛ en el leÛn de Dios ìel brazo derecho del
Islamî; y el escudo protector del Santo Profeta Muĥammad; y le dio nietos como al
Hassan y al Hussein, quienes eran los jinetes de los hombros del mensajero de
Dios, los prÌncipes de los jÛvenes del paraÌso. Sin duda, Islam significa las pr·cticas de la casa de Jadiya, y sin duda el
sagrado Cor·n era el dialecto de su familia. Su hija F·tima Az-Zaĥrā y sus nietos al
Hasan y al Husein crecieron ìhablandoî el Sagrado Cor·n. Ella tenÌa la misma
relaciÛn con el Islam y el sagrado Cor·n, asÌ como la luz es para los ojos, el brillo y
la perla y la fragancia y la rosa. Hasta el m·s elocuente de los idiomas fallar· al expresar los mÈritos de Jadiya, pero DIOS el Todopoderoso ha prometido recompensar a su amada sierva Jadiya
en el siguiente versÌculo de su libro. En verdad, quienes creen y act˙an rectamente son lo mejor de la CreaciÛn. Su recompensa junto a su SeÒor ser·n los Jardines del EdÈn, de cuyas
profundidades brotan los rÌos, en los que estar·n eternamente, para
siempre. Eso ser· para quien tema a su SeÒor. (Cor·n 98:7-8)
 
 
Fuente: Jadiya (P); La gran esposa del Profeta Mahoma (PB)
Editorial Elhame Shargh- 2012
FundaciÛn Cultural Oriente

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